Luego de años de suspensión tras los casos de vaca loca en Estados Unidos y Europa, Beijing abre los mercados para abastecer a la creciente clase media
China, el principal mercado mundial de carne vacuna aliviará las restricciones de importaciones de carne vacuna por parte de grandes proveedores para saciar el apetito de bifes y costillas de la creciente clase media del país, según señala la agencia Reuters.
En las últimas décadas, Pekín había prohibido los envíos de carne bovina de países europeos y Estados Unidos durante los brotes de el mal de la vaca loca.
La preocupación por esta enfermedad se redujo gracias a inspecciones más rigurosas a los envíos, mientras los chinos buscan fuentes más sanas de proteínas y adoptan más hábitos alimenticios occidentales.
El consumo de carne vacuna es la que más está creciendo en China, superando la demanda estancada de cerdo, en un momento en que los consumidores buscan reducir la grasa en sus dietas. Sin embargo, es poco probable que los suministros puedan satisfacer la demanda, debido al alto costo de criar ganado en China, lo que obligó al gobierno a repensar sus restricciones a la importación.
Tras años de presiones, Estados Unidos logró el levantamiento de las restricciones en junio, poniendo fin a una prohibición de 14 años causada por un caso de enfermedad de vaca loca detectado en el estado de Washington.
Pekín dio también luz verde a la carne llegada de Sudáfrica e Irlanda.
Las compras de carne desde China subieron en los últimos años, eclipsando a Europa, Corea del Sur y Japón desde 2012.
El año pasado se convirtió en el segundo mayor importador mundial de carne de vaca después de Estados Unidos, con una entrada de más de 800.000 toneladas por un valor de u$s 2.600 millones, comparado con las apenas 6.000 toneladas de 2006.
La medida es una victoria para los ganaderos que no tenían acceso a este mercado, pero el incremento de la competencia tras la apertura podría molestar a los principales proveedores actuales: Australia, Brasil y Argentina.
En el caso de Brasil puede representar un problema en momentos en que se anuncia que las exportaciones brasileñas de carne vacuna se incrementarían a 1,5 millones de toneladas en 2017, lo que significaría un 10% mayor respecto al año anterior, de acuerdo a las nuevas estimaciones de la consultora Agroconsult.
La estimación es menor a lo formulado inicialmente -de un 20%- debido a los escándalos que sacudieron el sector.
Las estimaciones revisadas muestran que Brasil no pudo recuperarse plenamente de la suspensión temporal que realizaron varios países.
La débil demanda doméstica también presionó a los procesadores de carne que se prevé bajen el faenamiento este año a 39,5 millones de cabezas desde 40,4 millones.