El agro, la construcción y la industria automotriz serán los pilares sobre los que se apoyará la recuperación de la actividad; consumo, energía y servicios informáticos ocuparán la segunda línea, seguidos por la minería
La economía comenzará a despegar este año. La opinión es casi unánime entre economistas y analistas, que sólo difieren en cuánto: arrojan cifras que van de 2,5% a 5%. Pero, a la hora de señalar cuáles serán los pilares de esa recuperación, no todos los sectores cobran el mismo protagonismo. Así, el agro, la construcción y la industria automotriz se llevan los laureles, mientras que el consumo, la energía y los servicios informáticos los siguen de cerca. La minería, en tanto, aún "mira" desde cierta distancia, a la espera de mejores condiciones.
Ya muy fuerte en 2016, el agro habla por sí mismo, pero también por lo que genera a su alrededor, ya que empuja exportaciones y toda la cadena de químicos, agroquímicos y maquinaria agrícola. Además, ya empieza a sentirse en la venta de camiones y pick-ups (la Toyota Hilux fue el vehículo más vendido de 2016). Todo eso hace que represente un tercio del PBI.
Ernesto Ambrosetti, economista de la Sociedad Rural Argentina (SRA), lo pone en números: desde el año pasado y hasta marzo de este año, el sector en todo el territorio nacional habrá inyectado US$ 58.000 millones, invirtiendo y realizando su actividad (gastos de ganadería, personal, sanidad y arrendamiento, entre otros). "De eso, la inversión más importante va a la ganadería; en segundo lugar a la agricultura y, después, a lechería, granja, cultivos industriales (té, yerba mate, azúcar, tabaco, algodón) y horticultura", precisa.
Toda esta inversión se originó ante el cambio de expectativas y por las señales que dio el Gobierno no bien asumió con la eliminación de las retenciones en las economías regionales y en los granos (y la baja de 5% a la soja, que continuará con un plan gradual desde 2018). Otro factor importante fue la eliminación de las trabas a las importaciones, que tenían maniatado el comercio de carnes y granos.
Un punto importante es que en esta campaña ya se van a ver los frutos de toda la inversión que se hizo: se pasará de las 108 millones de toneladas de la campaña anterior a más de 120 millones de toneladas. "En ganadería, los tiempos biológicos hacen que el efecto se haga más notorio recién el año que viene. Mientras que en la mayoría de las economías regionales, el impacto se va a reflejar en tres años o más", advierte Ambrosetti.
Pilares para la reactivación
Según las proyecciones de la SRA, en la cosecha 2016/17 se levantará 25% más de trigo que en la campaña anterior (13,3 millones de toneladas vs. 10,6 millones); 20% más de maíz (34,8 millones de toneladas vs. 29 millones), 37% más de girasol (3,2 millones de toneladas vs. 2,3 millones) y 7% más de soja (59,5 millones de toneladas vs. 55,6 millones de toneladas). Además, para marzo de 2017 se espera un stock ganadero de 53,4 millones de cabezas (en marzo de 2016 había 52,6 millones). Creció 1,5% que es el doble de la tasa de crecimiento de los últimos cuatro años.
Luis Miguel Etchevehere, presidente de la SRA, remarca: "La gran inversión que hizo el campo generó reactivación de la industria metalmecánica y automotriz, y aumento de la venta de maquinaria agrícola e insumos estratégicos, traccionando la actividad económica de las provincias".
Por su parte, la construcción, que fue un motor de la economía durante gran parte de la era kirchnerista, tuvo una performance para el olvido en 2016, con una caída de 15% y más de 50.000 despidos.
Pero parece que el sol empezará a asomar para el sector este año: las estimaciones de Grupo Construya, que agrupa a 12 empresas líderes en la venta de materiales para la construcción, señalan que crecerá 10%.
Pedro Brandi, presidente de Grupo Construya, comenta que, así como el año pasado hubo una caída de 15%, este año se espera un rebote. "Una de las razones es el aumento del consumo en general por la mejora en el poder adquisitivo de la población (hay ahorros destinados a mejoras que se hacen cuando hay poder adquisitivo). En cuanto a obras nuevas, el crecimiento tiene distintos orígenes: uno tiene que ver con la baja de la inflación; otro es que se ve un interés en créditos hipotecarios", detalla el directivo.
Además, van a empezar las grandes obras, que son proyectos de inversión en desarrollos importantes, que estuvieron prácticamente ausentes en los últimos años. Para Brandi, además, la obra pública va a explicar una buena parte del crecimiento. "El año pasado prácticamente no hubo obra pública, porque el Gobierno se dedicó a revisar los contratos y eso demoró el arranque. Además, lo que se ve es que hay énfasis en la obra pública vial y grandes obras de infraestructura, pero también en la construcción de viviendas", destaca.
Luego de un 2016 flojo, el sector automotor se va a reivindicar este año. Eso, al menos, opina Dante Sica, director de la consultora Abeceb, quien espera un crecimiento de entre 8% y 10%, respecto del año pasado, cuando la producción cayó casi 10%, a 493.798 vehículos, según datos de la consultora. ¿De qué depende el avance? "De cómo esté Brasil", responde el economista.
Las proyecciones de Abeceb muestran que este año se venderán en el mercado interno 760.000 autos, 7,1% más que en 2016; se exportarán 231.600 (+ 16%) y se producirán localmente 520.608 (+ 5,4%).
Además, este año se están poniendo en marcha proyectos que venían atrasados, como es el caso de Fiat (que va a fabricar un nuevo modelo en el país). También se dará el aumento de producción programado por algunas automotrices, como Toyota y Ford, entre otras, y proyectos que se están poniendo en ejecución, junto con otros que ya están en línea. "Todo eso indica que este año va a haber un repunte en la producción", señala Sica.
Hay que tener en cuenta también que la industria está buscando mercados de exportación alternativos a Brasil (adonde va más del 70% de los envíos) y que se empieza a mirar a América latina como potencial plaza. El año pasado se activaron fuertes negociaciones con la región para acelerar la baja de aranceles, al tiempo que las terminales negociaron con las casas matrices poder comprar alguna participación en esta zona.
En el sector energético, según Emilio Apud, ex secretario de Energía de la Nación, va a haber un crecimiento fuera de lo normal. "Si pensamos que lo normal fueron los últimos 12 años, no es para ponerse muy contento", advierte enseguida. "En total, el sector va a invertir unos US$ 10.000 millones", acota.
El crecimiento, para él, va a estar dado por varios temas: primero, la convocatoria que hizo el Gobierno para modificar la matriz energética, introduciendo energías renovables; segundo, la energía térmica, porque no puede resolverse todo con energía renovable; tercero, también se va a volcar mucho dinero en las represas del río Santa Cruz, y cuarto, Vaca Muerta, yacimiento de hidrocarburos no convencionales para el cual el Gobierno anunció la última semana la quita de retenciones al sector y un acuerdo con el gobierno provincial de Neuquén, los gremios y las empresas para bajar los costos laborales y mejorar la competitividad.
Golpeado el año pasado por una caída de 7,5% en la última medición de octubre, el consumo masivo será otro de los rubros que se recuperará este año. Según estimaciones de Damián Di Pace, director de la consultora especializada en consumo Focus Market, este ítem crecerá 2,8% en 2017, siempre y cuando la economía crezca, como se espera, al 3,5%.
"Esta variable [consumo] es el lubricante de la maquinaria electoral y la recuperación real es esperable para el segundo trimestre del año, cuando podrá comenzar a sentirse el efecto de medidas como el pago a jubilados, la recomposición paritaria, la contención inflacionaria y el aporte al salario de la nueva ley del impuesto a los ingresos que proyecta una inyección al consumo de $ 24.500 millones, entre otras", explica Di Pace.
¿Y la minería? "Va a empezar a recuperar", afirma Sica. "El año pasado se le eliminaron retenciones y las empresas están esperando a ver cómo se resuelve el tema de las regalías (cuál va a ser el monto que van a cobrar las provincias) y los temas asociados a la licencia social, porque hay provincias que son reacias al avance de proyectos. Hay muchos planes aprobados que están esperando señales para ponerse en marcha", acota el economista.
Pero hay un sector que se juega su despegue en el próximo año: el del software. Adrián Anacleto, miembro de la Comisión Directiva y Coordinador de la Comisión de Emprendedores de Cessi (la cámara de la industria argentina del software), afirma que se necesitan crear 5000 puestos de trabajo más. "También es cierto que en 2016, un año poco positivo para el resto de las industrias, la nuestra creció 5,6%. Así que las expectativas son muy positivas", añadió.
Un encuesta que hizo la Cessi entre sus socios revela que el 87% de los empresarios cree que 2017 va a ser un año positivo. "En nuestro sector tiene que pasar algo muy malo para que no crezca. Lo que se juega es si definitivamente la industria se va a duplicar en cuatro años o no, con lo que se generarían 100.000 puestos de trabajo", dice Anacleto. Entre las variables que se tienen que dar para que despegue este sector están la baja de la inflación, el valor del dólar y control del déficit fiscal. "El valor del dólar no nos vuelve locos, porque nuestra industria exporta servicios con mucho valor agregado; el problema con un precio de dólar que varía es que se nos mueven los contratos y es difícil explicarles ese cambio a los clientes", dice el directivo.
Por último, el sector financiero es otro de los que tienen un colchón a favor. Claro que hay cuestiones externas que pueden llegar a golpearlo, como la suba de tasas en los Estados Unidos o el efecto China y la fuga de reservas que está teniendo ese país.
Miguel Ángel Boggiano, economista y director de Carta Financiera, dice que el sector va a seguir teniendo la ventaja de una tasa de interés en pesos alta (entre 24% y 20% para las Lebac) en un contexto donde el Banco Central le siga ganando la pulseada a la inflación. "Los bancos van a estar ganando a una tasa que va a estar por encima de la inflación, por lo que va a ser un año positivo para el sector financiero", concluye