Diego Coatz, economista de la Unión Industrial Argentina (UIA), opina que, por un lado, las actividades industriales vinculadas a la producción agropecuaria mejorarán su performance. "La producción de maquinaria agrícola, por ejemplo, aumentó 36% en noviembre en términos interanuales, según las estadísticas relevadas por el sector", apunta el especialista. "En tanto, la producción de fertilizantes, dentro del sector de químicos, también fue de los más dinámicos en 2016 y deberían continuar una tendencia positiva", agrega.
Por otro lado, la actividad vinculada a la construcción debería repuntar producto del mayor impulso que tendrá la obra pública, las inversiones privadas en infraestructura y el mayor impulso que se le dará el Procrear, que pasa de la Anses al Ministerio del Interior y que contará con $ 40.000 millones este año, duplicando la inversión. "Los sectores vinculados a la construcción habían sido lo que más sufrieron la contracción de la economía en 2016: los despachos de cemento cayeron 10,8% en 2016, mientras que la producción de insumos para descendió 15,1% el año pasado, según datos de Grupo Construya)", destaca Coatz.
En esta línea, la producción también dependerá del rol que cumplan los proveedores nacionales y del papel que les asigne la política industrial en desarrollo de temas estratégicos como Vaca Muerta, sistema ferroviario y energías renovables, entre otros. Las obras en infraestructura, por ejemplo, sirven para mejorar la competitividad sistémica de la economía, pero también para dinamizar ciertos sectores. Del mismo modo, la implementación de programas para fortalecer las pymes serviría para reactivar ciertos sectores industriales.
En tanto, las perspectivas para 2017 serán más complejas para aquellos sectores que están más expuestos a la competencia de Brasil y China, por distintas razones. En primer lugar, Brasil apenas logrará dejar de caer y las estimaciones de crecimiento para 2017 vienen siendo revisadas a la baja constantemente. Se estima que el PBI crecerá 0,5%, mientras que hace poco se esperaba un incremento mayor al 1%. "El menor crecimiento de Brasil afecta la producción nacional por dos canales distintos. Por un lado, impacta negativamente en las exportaciones. Por otro, se genera una mayor presión importadora a partir de los excedentes de producción en el país vecino", advierte Coatz.
Por otro lado, según Coatz, la actividad de aquellos sectores más intensivos en trabajo, como el textil, calzado, madera y muebles, dependerá de tres factores: la política comercial que se implemente, la recuperación del mercado interno, y de políticas complementarias en materia tributaria y de fomento del crédito.
