Cancillería busca financiarse con la venta de inmuebles diplomáticos
Con el aval de la Casa Rosada y la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), la Cancillería avanza en un plan para desprenderse de sedes diplomáticas y otros inmuebles en el exterior y volcar los recursos de las ventas a la edificación de un complejo anexo al Palacio San Martín, donde nuclearán varios entes hoy dispersos.
El ministro Jorge Faurie tiene un equipo abocado al proyecto del kirchnerismo, concebido durante la gestión de Jorge Taiana y alumbrado en los papeles por Héctor Timerman. Se trata de la construcción de un edificio de 8 pisos y tres subsuelos en la parte posterior del Palacio San Martín, sobre la calle Basavilbaso, hoy empleado como estacionamiento.
El proyecto original fue a un concurso arquitectónico que en septiembre de 2010 se adjudicó el estudio Galvéz-Autunno. Sin embargo, el plan naufragó a merced de la sintonía fina (o ajuste) que impuso la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2012. Ahora el proyecto volvió a flote.
Los planos presentados hablan de un complejo de 20.000 metros cuadrados y once pisos, con garage subterráneo, comedor, SUM y jardín maternal, junto con oficinas y dependencias como el Archivo y la Dirección de Asuntos Consulares. El secretario de Faurie nos llamó y nos dijo que tendríamos una reunión, reconoció al diario Santiago Autunno, socio del estudio. Si bien no se difundieron las cifras de su construcción, el proyecto estimaba hace seis años en u$s 20 millones. Hoy los costos son otros y podrían hacer del proyecto un 50% más caro.
Aunque no bastará para el total del proyecto, la Cancillería espera cubrir una parte con la venta de oficinas consulares, residencias diplomáticas y terrenos del Estado en Colombia, Brasil y el Uruguay. Los inmuebles que el Estado posee en Washington, Estados Unidos, por ahora quedan en stand by.
El Gobierno definió vender dos pisos de un edificio céntrico en Bogotá, junto con varios estacionamientos. También desea vender la residencia oficial del embajador en Brasilia, ubicada en el residencial barrio Lago Sul, que se halla deteriorado. La lista de bienes se cierra con la venta de un lote en Colonia del Sacramento y el antiguo Centro Cultural 19 de abril, ubicado en el barrio El Prado, de Montevideo.
Al mismo tiempo, Faurie decidió detener la enajenación de las propiedades que el Estado posee en Washington, tal como se había definido en la era Malcorra y con Martín Lousteau en el país del norte.
Faurie hizo saber a sus colaboradores que no permitirá que las propiedades estén sujetas al gusto del embajador de turno, en un claro distanciamiento con la venia que Malcorra le hizo a Lousteau cuando el ex embajador rechazó la residencia oficial sita en R Street y alquiló un departamento en otra zona del distrito de Columbia.
En la Cancillería prefieren hablar de un proyecto integral, que evalúa el destino que se dará a varios inmuebles que tienen un alto valor histórico y cultural: la residencia oficial, bastante deteriorada; un edificio sobre R Street, dedicado años a la Junta Interamericana de Defensa y hoy prácticamente abandonado, y los inmuebles dedicados al consulado y la misión permanente ante la OEA, todos en los alrededores de Dupont Circle, zona emblemática de la capital norteamericana.