Fuente: Diario BAE
Alerta. Esa es la palabra que la industria de productos fitosanitarios le traslado al Gobierno. El aumento en la importación de agroquímicos de origen chino, que paso del 25% entre 2015 y 2016 y que finalizará en un 32% para el presente período, pone en jaque a la industria nacional, que se ve perjudicada a partir de que los productores la eligen por sus bajos precios.
Como si fuera la segunda parte de una película, el sector, tal como paso hace un año, volvió a decirle los funcionarios de la Secretaría de Comercio, Ministerio de la Producción y Agroindustria que si no se hace un mayor control de lo que llega desde el gigante asiático están en juego no sólo las inversiones sino también principalmente los puestos de trabajo.
¿Por dónde pasa el problema? Normalmente hay dos tipo de productos que ingresan de China: el concentrado y el formulado. Lo que viene elevándose es este último, y está copando el mercado puesto que va directamente a la venta.
Los que lo traen son, principalmente, canales de distribución o brokers que se ponen un escritorio, un teléfono sin pasar por ningún control o tener un seguro ambiental, como sí lo tienen las empresas nacionales.
Fuentes que integran de la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa) no sólo mostraron su preocupación al secretario Miguel Braun y a Ricardo Negri, secretario de Agroindustria, sino que pidieron una solución para evitar lo que pasó en febrero pasado cuando Atanor anunció el cierre de sus plantas de Munro y Baradero, despidiendo 136 trabajadores.
Desde Comercio señalaron que todavía no hay nada definido y se evalúa la aplicación de "normas técnicas", como ya se hizo con otros sectores en el caso del textil. Aclararon también que no se puede de la noche a la mañana prohibir el ingreso de productos a través de las licencias no automáticas (LNA) porque la Organización Mundial de Comercio (OMC) no lo acepta. Esto responde al reclamo del sector de aplicar las licencias a cuarenta productos, pero sólo ingresaron tres.
Por lo pronto, empresas como Agrofina, ACA, Chemotecnica y Tecnomyl -esta última instalada en Tierra del Fuego, que emplea a 400 personas y con fuertes inversiones- pidió a la gobernadora Rosana Bertone su intervención ante las autoridades nacionales.
En definitiva, y si bien señalan las fuentes oficiales, "hay un seguimiento continuo de las importaciones"; hoy están en juego un total de siete plantas de síntesis y más de 120 de formulación, desde pymes hasta grandes empresas, que dan empleo en forma directa a 6.000 personas y a 19.000 empleos en forma indirecta. Aunque desde el sector reconocen que hay algunas zonas grises donde empresas del rubro que producen en Argentina también importan a partir de la rivalidad por la competencia, ya que de lo contrario quedan fuera del mercado.
La llegada de las importaciones, se sabe, produce un comercio desleal frente a las locales. Y más en un mercado nacional en donde hay un freno respecto de 2016 en el uso de agroquímicos, pese a que cayeron los valores. La necesidad de tener una industria nacional es imprescindible en un país como Argentina, que es 100% agrícola. Depender de lo importado significa no saber lo que pasa en los suelos locales, como es el combate a las malezas o el ataque de distintas plagas. Parecería haber una inacción o intereses político o económico que no permiten ver lo que pasa en el bosque.
