Fuente: La Prensa
http://www.laprensa.com.ar/454533-Exportaciones-todos-los-canones-apuntan-a-Asia.note.aspx
De manera lógica, los números del déficit comercial generan preocupación. No sólo por la expansión de las importaciones en rubros de bienes finales que desplazan a la producción nacional, sino también y sobre todo porque las exportaciones no terminan por despegar. Hay aquí un doble factor: un mundo menos demandante y un entramado de políticas internas que lastran las ventas al exterior.
El pasado jueves el Indec difundió las cifras del intercambio comercial y los números en rojo ascendieron a u$s 1.863 millones en el acumulado de los primeros cinco meses del año. Las importaciones crecieron un 24%, pero las exportaciones apenas si levantaron la cabeza: mejoraron un 0,8%. La nada misma.
Si se proyecta la tendencia para el resto del año, los especialistas calculan que el déficit de la balanza comercial ascenderá a u$s 5.000 millones. En lo que va del 2017 las ventas al exterior sufrieron una caída del 4,1%, y sólo puede destacarse como positivo que los bienes de origen industrial hayan crecido un 8,4%, poniéndole paños fríos a la sensación de primarización de las expo argentinas.
Entre los factores internos que minan la competitividad de las exportaciones, los empresarios del sector identifican el tipo de cambio, que sostienen está retrasado; la presión impositiva en todos sus niveles; y problemas de infraestructura y logística que elevan los costos a la hora de llevar el contenedor al puerto.
Para paliar esta situación, la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) le propuso al gobierno la adopción de una Estrategia Nacional Exportadora como base del Desarrollo Sustentable que entre sus componentes está llevar adelante proyectos de calidad institucional como Aduana Clase Mundial y mejorar sustantivamente aspectos logísticas y la actuación de organismos como el SENASA y otras agencias que intervienen en el proceso exportador.
Asimismo, recomendó adoptar una política pro-inversión previendo desglosar fiscalmente el 100% de la intención en el mismo año en que se realiza y mejorar sustantivamente todos los mecanismos de administración de la Ley de Promoción de Exportaciones.
A VENDER
Las ventas al exterior de la Argentina están atadas fundamentalmente a un puñado de destinos, tales los casos de Brasil para los bienes industriales –principalmente del sector automotriz- o China e India, que compran pallets de soja y aceite de la misma oleaginosa, respectivamente.
Pero el mundo, lo sabemos, es mucho más grande. Para no quedar expuestos a los vaivenes económicos de los principales clientes Argentina debería diversificar su mercado, además de su oferta.
Por otra parte, la salida de Susana Malcorra de la Cancillería genera aún preocupación entre los exportadores. Principalmente porque la canciller se había destacado como una mujer de acción, y entre sus quehaceres diplomáticos estaba la tarea de “vender la Argentina” de la mejor manera posible.
Esto quedó en evidencia durante el viaje del presidente Mauricio Macri a China. “Tuve la oportunidad de ser parte de una misión comercial antes de que llegara el presidente Macri. Es la primera vez que veo a empresarios que se volvieron con órdenes de compra. Por ejemplo, se dio con algunas bodegas y frigoríficos. Eso nunca ocurre la primera vez, mucho menos en China, donde tienen otros tiempos para las relaciones comerciales”, explica a La Prensa el especialista Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior del Siglo XXI.
El temor ahora, aseguran, pasa por si esta manera de hacer diplomacia, impulsando el comercio, tendrá continuidad en la gestión del nuevo canciller, Jorge Faurie, al que muchos ven como un hombre más apegado al ceremonial y el protocolo.
ALLENDE LOS MARES
Abrir nuevos mercados no es una tarea sencilla. Debe darse allí la comunión entre el emprendimiento privado y el impulso dado desde las políticas públicas. Si esta sinergia logra concretarse, el mundo puede resultar mucho más asequible.
Tal como indica un informe elaborado por Marcelo Elizondo, director de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales, “es importante advertir que en el grupo de los más grandes importadores en el planeta hay un bloque de países de Asia Oriental cuyas importaciones crecieron en relevancia en los últimos años y que juntos ya generan 24% de todas las importaciones mundiales. Están en ese conjunto Corea del Sur, India, Singapur, Tailandia, Vietnam, Indonesia y Malasia”.
Y agrega: “Hay otro conjunto de países emergentes ubicados en la región predominantemente árabe musulmana, que sumado explica otro 10% de las importaciones del planeta. Son los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Irán, Egipto, Turquía, Argelia e Irak”.
Queda claro para el experto que Asia es el continente más dinámico y que Asia Pacifico en particular es un objetivo estratégico para las exportaciones argentinas.
Elizondo remarca: “Es bueno entender que siendo Argentina un exportador de alimentos, este fenómeno anterior se vincula con la extraordinaria importancia del hecho de que Asia es el continente con mayor población urbanizada”.
Tanto es así que Asia pasó de ser el generador del 18% de las importaciones mundiales en 1983, a ser el generador del 30% de las importaciones mundial en la actualidad.
El escenario descripto no parece haber sido pasado por alto por el Gobierno. Un dato evidencia que los cañones apuntan a Asia. Según DNI, las exportaciones dirigidas a ese continente fueron el año pasado tan relevantes cuantitativamente como las dirigidas a Sudamérica. Desde Argentina se exportó -en 2016- 17.307 millones de dólares a Asia y 17.184 millones de dólares a Sudamérica.
Y otro dato interesante: las exportaciones argentinas a países con costa en el Océano Pacifico en todo el planeta ya llegan a 24.645 millones de dólares, lo que representa el 46% del total.
