La entidad denunció la existencia de "cupos" para frenar compras al exterior de ciertos sectores. Cuestionan la falta de diálogo y advierten sobrecostos por burocratización
Luego de que el Gobierno oficializara una medida que los favorecerá, como es la rebaja a 0% del arancel de importación para computadoras, notebooks, tablets, piezas, entre otros productos, los importadores salieron con los tapones de punta a cuestionar las acciones de la Secretaría de Comercio, que es la encargada de habilitar las compras al exterior de los bienes que tienen Licencia No Automática (LNA).
Mediante un comunicado al que accedió El Cronista y que se hará público hoy, la Cámara de Importadores de la Argentina (CIRA) denunció la existencia de "cupos" de importación, el incumplimiento de los plazos de 60 días para que las autoridades se expidan sobre las licencias y las importantes demoras en responder reclamos generadas por la burocracia oficial, que derivan en enormes costos para los empresarios, y sectores desabastecidos.
"A tan sólo 12 meses de empujar ?trabajando en equipo? los temas de importación para normalizar el flujo de comercio, sin explicación alguna las Instituciones no son más bienvenidas por la Dirección de Importaciones de la Secretaría de Comercio y las empresas comienzan a estar sometidas a viejas prácticas de recibir llamados de "operadores" para negociar un "acuerdo" de importación para el año en curso. ¿Acaso la OMC no prohíbe los cupos de importación?", se preguntó la cámara que preside Rubén García en el parte de prensa.
Según indicó la Cámara, estos "operadores" les piden una planilla de Excel con el detalle de la importación por posición arancelaria, que "debe ser enviado a casillas genéricas de correo eléctrico que habitualmente están saturadas y donde no hay capacidad de respuesta en los tiempos en que el sector empresarial demanda".
La CIRA denunció que "los plazos de 60 días para expedirse sobre las LNA no se cumplen" y que "el ida y vuelta de la comunicación con la Secretaría es tan lento que se incurren en costos excesivos y en desesperaciones por no poder prever la nacionalización de la carga".
Los datos de la balanza comercial que publica el Indec dan cuenta de que en 2016 las importaciones se ubicaron en u$s 55.610 millones, una caída de 6,9% respecto de 2015.
Sin embargo, eso fue consecuencia de una baja de precios. Las cantidades aumentaron, aunque el organismo estadístico oficial no comunicó el dato anual.
Pero en diciembre, por ejemplo, mientras que los precios bajaron 3,3%, las cantidades subieron 3,7%, lo que dio un aumento, en valor, de 0,2%.
A su vez, en enero aumentaron 7% y por efecto de las cantidades.
Que el Gobierno acordó "cupos" de importación con los sectores sensibles no es novedad. Lo anunciaron abiertamente referentes de estos rubros, como el presidente de la Cámara del Calzado, Alberto Sellaro.
Si bien las importaciones, en volumen, crecieron fuerte durante el primer semestre de 2016 porque el Gobierno, cuando llegó, firmó una gran cantidad de DJAI, luego ese ritmo mermó, lo que admiten por los propios industriales afectados. Aún así, siguen las quejas, agravadas por la contracción del mercado interno.
En ese contexto, los importadores salieron al cruce duramente contra la secretaría que maneja Miguel Braun. "Cualquier similitud con el pasado inmediato, podría ser pura casualidad", disparó la CIRA.
Y añadió: "Hay materias primas e insumos esperando aprobación de licencias en puerto (por caso, las fibras textiles (materia prima para producir) se pudren por efecto de la humedad en la eterna espera, en puerto, de la obtención de una licencia); industrias que corren riesgos de ver afectada su producción; repuestos para bienes de capital esperando recibir su aprobación para que salgan de Ezeiza, y tantos otros casos y situaciones que deben ser evaluadas con detalle, pero que sin diálogo es imposible de resolver".
La entidad explicó que hoy las empresas enfrentan altísimos costos por exceso de almacenaje de mercaderías en puerto, además del perjuicio comercial al que se ven sometidos por no cumplir con las obligaciones contractuales en tiempo y forma.
"Claro que todos los excesos van al precio final y, una vez más, la ineficiencia la terminamos pagando todos los argentinos", afirmó la CIRA.