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Dos tercios del comercio global se hace entre 110.000 multinacionales

20.02.2017

El horizonte que imagina Donald Trump cuando impulsa una batería de medidas proteccionistas parece claro, pero se vuelve difuso cuando se analiza el estado del comercio internacional, afectado desde 2012 por un proceso de desaceleración.

 

Fuente: El Cronista.com
HERNÁN DE GOÑI Director periodístico

 

El índice que revela la cantidad de contenedores salidos desde todos los puertos del mundo muestra que en 2016 el comercio casi no creció. Una razón es la caída de los precios (medido en dólares, en realidad el intercambio cayó).

Otra es que los procesos de mudanza de producción de un país a otros llegaron a cierta madurez y ya no generan el impulso del pasado. La tercera es que la economía mundial se debilitó. Las exportaciones de bienes y servicios pasaron de representar 20% en 1990 a casi 30% en la actualidad, según un paper de la consultora DNI.

El principal motivo es el desarrollo de cadenas globales de valor, formadas por empresas vinculadas que fabrican partes en diversos países y ensamblan en aquellos en donde fabrican el bien final. Según la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), 80% de todo el comercio mundial lo organizan esas cadenas.

Lo que evidencian estos datos es que el esquema de producción mundial se ha internacionalizado de tal modo que modificarlo o revertirlo no será tarea sencilla. Un tercio del comercio lo explican las ventas intra firma entre las 110.000 multinacionales que registra la OMC, y otro tercio lo generan sus proveedores.

Desde 1995 los aranceles bajaron a la mitad (gracias a los acuerdos comerciales que ahora discute Washington) y aunque las restricciones no arancelarias aumentaron 70% en los últimos diez años, el comercio mundial creció igual antes de estancarse.

Los servicios, cada vez más relevantes en este tráfico, no reconocen fronteras.

Y la especialización productiva ha hecho que los costos internos sean cada vez menos relevantes a la hora de pensar la localización de una fábrica. La era Trump está lejos de prometer los resultados deseados.